Haz de tus datos una historia
Una de las grandes ventajas de las historias es que se conectan con nuestras emociones que son finalmente las que nos llevan a actuar, de ahí que muchas veces se piense que solo debemos narrar acontecimientos que las despierten, y ... leer más »
Una de las grandes ventajas de las historias es que se conectan con nuestras emociones que son finalmente las que nos llevan a actuar, de ahí que muchas veces se piense que solo debemos narrar acontecimientos que las despierten, y que, en lo posible, deben estar desprovistas de cualquier tipo de dato o cifra.
Está claro que al enfrentarnos ante una narrativa preferimos que estas nos hagan sentir un nudo en la garganta que tener que enfrentarnos a números o porcentajes, que, en la mayoría de casos, solo aburren.
El punto es que no debemos satanizar los datos y números concretos de tal manera al momento de contar historias, sino mirar más bien de qué forma los podemos contextualizar, es decir, no entregarlos de manera plana a nuestra audiencia y ver de qué manera les podemos dar significado. En otras palabras se trata de mirar como humanizar esos datos para lograr despertar alguna emoción o recuerdo.
“Los números tienen una importante historia por contar.
Ellos necesitan que usted les dé una voz fuerte y convincente”
− Stephen Few −
Muchas veces resulta necesario dar cifras que soporten nuestra narración; es imposible pensar, por ejemplo, en un reportaje desprovisto de datos. Lo que debemos tener en cuenta es que un número, por sí solo, es difícil que cause un gran impacto.
Al momento de entregar cifras, resulta importante compararlas y/o humanizarlas, al atribuirle un significado o emoción, algo que las historias logran sin mayor dificultad. Miremos algunos ejemplos para cada caso:
Comparar:
“Este año, una persona será secuestrada en Aruba, 4 morirán por ataques de tiburón, 79 morirán a causa de la gripe aviar, 965 morirán en accidentes aéreos, 14.600 perderán sus vidas en conflictos armados, 5.000.000 lo harán por enfermedades relacionadas con contaminación de agua. Eso equivale a un tsunami dos veces al mes o cinco huracanes Katrina cada día, o un desastre como el del World Trade Center cada cuatro horas. ¿Dónde están los titulares? ¿nuestra indignación? ¿Dónde se encuentra nuestra humanidad?
− Nancy Duarte, Resonate −
Humanizar:
Supongamos, nuevamente, que queremos hablar sobre desastres naturales. Podríamos informarle a nuestra audiencia, de manera escueta, que en el año 2015 más de 2000 personas murieron a causa de inundaciones, pero ¿qué tal si antes de dar el dato concreto, narramos una historia que realce el significado de la cifra que queremos compartir?
“Imagina una gran ola que se avecina sobre un niño pequeño que desesperadamente se agarra a su frenética madre, ella le susurra “tranquilo bebe no te preocupes, estoy aquí y no te dejaré ir.” Ella siente como él se relaja en ese momento ensordecedor de calma, justo antes de que el agua lo arrebate de sus manos. Los sonidos de su llanto, que se escuchan por encima de la cacofonía de destrucción—árboles arrancados del suelo, casas convertidas en astillas—la perseguirán por el resto de su vida. Eso y su mirada de total sorpresa mientras era arrastrado. “Yo confiaba en ti”, parecía decirle, “y me soltaste”.
− Lisa Cron, Wired for Story −
Queda claro que podemos incorporar datos y hechos concretos en nuestra historia siempre y cuando les demos un manejo apropiado. Tal vez, como dice Brené Brown, “Las historias son solo datos con alma”.