LibrE y la Escuela de Innovación Política
La palabra ‘empoderamiento’ es un término de moda y es común verla entremezclándose con otros términos como ‘innovación’, por ejemplo, para dar forma a muchas propuestas de valor. Sin embargo, términos como éstos, con los cuales en ocasiones se busca demostrar la intensión de devolverle al usuario su capacidad de acción frente al mercado, ya empiezan a dar señales de desgaste.
Aún así, en medio de un sinnúmero de nuevos conceptos, que muchas veces son asociados o utilizados de manera incorrecta, surgen propuestas verdaderamente innovadoras que hoy en día logran dar un nuevo aire al entorno.
En ese orden de ideas, vemos como al sur de pequeños países se gestan y emergen interesantes propuestas que abren nuevos senderos y aprovechan ese momento coyuntural en el que el sistema se ve obligado a respirar para insertarse, construir y consolidar nuevos modelos educativos, sociales y económicos que cambien las reglas de juego.
En este texto citaré dos ejemplos que considero ‘disruptivos’ ya que integran el desvirtuado sentido de lo institucional y el envejecido saber de lo académico a realidades concretas, medibles y palpables en las que el ciudadano no sólo es un aprendiz, sino que además es actor y gestor de nuevas ciudadanías y nuevas dinámicas organizacionales en pro de la construcción de estamentos y conductos regulares para ejercer gobernanza en pro del bienestar común.
Hablo pues, de un par de propuestas que al día de hoy se perfilan como ejemplos de innovación en educación, ciudadanía y uso de TIC´s; ambas ideadas desde algún itinerante ‘café-restaurante’ y laboratorio de innovación social en Pasto.
LibrE
Es una construcción un tanto compleja en cuanto busca hacer visibles y dinamizar procesos de aprendizaje de estudiantes universitarios a través de la ejecución de acciones en pro de la transformación ‘positiva’ de su ciudad, materializando aquel principio de los modelos de educación DIY (do it yourself) de enseñar y aprender haciendo. LibrE usa un mecanismo de ‘gamfication’ que se hace posible gracias al sistema facilitado por Mozilla para la gestión de insignias (Mozilla Open Badges).
En sus primeros 6 meses de vida el proyecto, dirigido desde uno de los grupos de investigación de la Universidad de Nariño, ya cuenta con un buen número de participantes que mediante imágenes y videos presenta evidencias del impacto que sus iniciativas han generado en la comunidad, para posteriormente ser ‘condecorados’ con la distinción que corresponde a su línea de acción. Se planea que estas distinciones puedan ser canjeadas por ayudas que permitan al estudiante cursar y/o continuar sus estudios de pregrado y post grado. Este concepto de trueque es hasta el momento la única alternativa ‘viable’ de materialización del reconocimiento virtual o de valoración académica del reconocimiento comunitario, pues a pesar de los constantes esfuerzos, diálogos y promesas de interdisciplinariedad y valoración de la aplicación de los aprendizajes, la verdad es que sigue resultando complejo medir de manera formal y curricular los que Cristobal Cobo denominaría ‘Aprendizaje Invisible’.
En LibrE, las acciones ciudadanas son clasificadas a partir de 5 grupos: Ciudad, Emprendimiento, Cultura, Conocimiento e Investigación; y abarcan acciones que van desde la promoción del uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo, hasta la creación de empresas o participación en procesos y grupos de investigación certificados.
LibrE se constituye entonces como una innovadora herramienta en la que la institución gana al ser partícipe de los procesos emergentes de la ciudad, la ciudadanía gana al ser beneficiaria de los procesos académicos de la institución y los estudiantes, además de generar espacios de aprendizaje autogestionados, obtienen ayudas que les permiten escalar en su vida profesional. En conclusión, LibrE es un ecosistema de transferencia de conocimiento y por lo tanto de gestión de abundancia y bienestar en pro del común.
La escuela de innovación política
Gestada desde el mismo lugar de la propuesta anterior, esta es a mi forma de ver una de las más novedosas herramientas de descentralización de los procesos de construcción social y política, en tanto posibilita a los ciudadanos el acceso a conocimientos que les brindan las destrezas y metodologías necesarias para comprender cada una de sus acciones como parte del proceso de construcción colectiva del país y su modelo de gestión, abriendo camino y dando los primeros pasos hacia la creación de un ecosistema de ‘evangelización’ de la ciudadanía, que le haría consciente de la importancia y las posibilidades tras reafirmar y gestar procesos de trabajo y gestión común propios de nuestra contemporaneidad y la denominada era de la información en contextos que normalmente se ven lejanos desde el caminar cotidiano del ciudadano promedio.
El primer curso gratuito liberado a través de La escuela de innovación política es ‘Tendencias en Innovación Política’ que iniciará en el mes de marzo y ha alcanzado en una semana los 5.000 inscritos, los cuales tal y como lo explican los creadores de La escuela de innovación polìtica, no tienen ningún tipo de limitación ni diferenciación en cuanto a acceso.
No me atrevo a plantear hipótesis sobre el futuro de estas dos interesantes propuestas de educación informal y complementaria, por ahora me limitaré a confesar mi admiración hacia Javier Arteaga, el ‘think tank’ detrás de estas y otras muchas ideas que promueven el cambio de los modelos verticales hacia alternativas más horizontales y distribuidas donde los actores desdibujan sus roles y están dispuestos a compartir aquello que en un ambiente más conservador los pondría en ventaja sobre los demás, dejando de lado la visión de competitividad para abrazar procesos colaborativos.
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Imagen: Shutterstock.