Rescatando la imaginación en la escuela
Si hay una característica que diferencia a la especie humana es la capacidad de imaginar. La imaginación es la base para la creatividad y la innovación, la fuente de inspiración para la cultura, el diseño o el arte y el origen de las principales ideas que transforman nuestra sociedad.
Sin embargo, sin que apenas lo advirtamos, el sistema educativo prima la homogenización, la memoria o la disciplina, sin reparar en la importancia de fomentar la capacidad de imaginar de los alumnos.
Como decía Einstein, «la imaginación es más importante que el conocimiento». No en vano, su Teoría de la Relatividad la ideó sentado en una silla con los ojos cerrados visualizando el movimiento de la tierra.
No sólo en la escuela, también en el entorno familiar ponemos coto a la imaginación. Como explico en mi libro Inspirando a esos locos bajitos, la imaginación merece un lugar destacado en las fases iniciales del proceso educativo del niño y, por el contrario, se encuentra dentro de las características personales que tendemos a restringir o, lo que es aún peor, a ridiculizar. Seguramente nos hemos encontrado a un niño creativo e imaginativo al que inconscientemente hemos tachado de fantasioso y disperso, en lugar de ayudarle a canalizar ese caudal imaginativo hacia ámbitos de desarrollo creativo.
En un mundo en el que cada vez se hace más latente la necesidad de creatividad, innovación y emprendimiento, nuestra sociedad penaliza el error y estigmatiza el fracaso.
Si bien la imaginación es un concepto que nos genera simpatía, su puesta en marcha es compleja y agotadora y la manera de fomentarla nos resulta difícil de estructurar. Pero no por ello debemos renunciar a buscar la manera de potenciarla en los entornos educativos.
La apuesta por estimular la imaginación, sobre todo en la etapa de educación primaria, debería convertirse en una meta para todos los agentes implicados en el proceso educativo. Dedicar espacios de tiempo al fomento de la imaginación, identificar metodologías y áreas temáticas de aplicación para esos nuevos ‘slots’ educativos, así como identificar técnicas para aplicar transversalmente la imaginación en todas las asignaturas debería formar parte de ese propósito común.
En InspiraKIDS nos hemos propuesto aportar nuestro granito de arena con nuestro #theIMAGINATIONproject. A través de las redes sociales recabaremos y difundiremos experiencias de éxito en el campo del fomento de la imaginación en las escuelas. Un reto que se nos antoja apasionante y que seguramente nos transportará a experiencias enriquecedoras que podrán ser aplicables en diferentes destinos educativos.
Imagen: Shutterstock.
También puede interesarle:
¿Por qué fomentar emprendimiento y creatividad en la educación?
Project Based Learning, más práctica menos teoría