La productividad es un cuento del pasado.
Gracias al poder que las nuevas tecnologías nos brindan en una economía donde la industria depende del conocimiento, y la cuarta revolución industrial; Nanotecnologías, inteligencia artificial, drones e impresoras 3D, ha hecho que la lógica de cualquier negocio y/o empleo conocido deba revaluar el concepto de productividad.
Coincido con Caroline Beaton, quien plantea que para sobrevivir y/o evolucionar a la velocidad que demanda el mundo, debemos producir mejor: pensando mejor, mejorando las políticas, el arte, el diseño y las máquinas; pero seguimos buscando la ultra productividad tal como en el pasado se buscaba el sueño americano, que claramente con la llegada de Donald Trump este sueño se convirtió en un reality show de anti valores.
El caos autoinducido y copiado de los modelos macroeconómicos de sabios que nos tiene al borde de la desaparición como especie, nos exige que volteemos la mirada a la CALIDAD para salir adelante en la fuerza laboral de hoy. El Profesor de la Universidad de Georgetown Cal Newport , explicó en un reciente correo electrónico que “los resultados profundos y audaces son la única moneda que importa.” yo adicionaría que la única moneda sustentable es la credibilidad y la confianza, que se valida con la calidad en el trabajo, en la vida, en las relaciones con los otros y el entorno.
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Fuente: Forbes