[Editorial] Educación financiera, una competencia clave para los niños
A principios del mes de Julio de este año, la ‘rajada’ de Colombia en las pruebas Pisa fue noticia en todos los medios. Una vez más, los resultados de los estudiantes de 15 años no fueron los esperados.
En esta ocasión los exámenes se centraron en el nivel de educación financiera: se evaluaron algunos temas como la gestión de cuentas y tarjetas bancarias, los derechos de los consumidores, el valor del ahorro, la toma de decisiones en cuanto a gastos y la importancia de conceptos como intereses, tasas e impuestos, entre otros.
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos por mejorar el rendimiento en las pruebas Pisa, los alumnos no dieron la talla: Colombia fue uno de los peores países con 379 puntos sobre 1000.
Aún así, es importante señalar que la falta de enseñanza sobre educación financiera es una falencia presente en varios sistemas educativos de diferentes partes del mundo, no solo en Colombia. ¿Quién iba a pensar que países como España, Italia o Rusia iban a ocupar los últimos puestos de la lista? Ellos tampoco le han dado la importancia a ese estilo de enseñanza en sus instituciones educativas.
Según el informe de las pruebas Pisa, tan sólo el 3.8% de la totalidad de alumnos evaluados (29.000) demostró dominar por completo el tema. En otras palabras, la mayoría de los jóvenes tienen poco o nulo conocimiento sobre el manejo efectivo de las finanzas. A duras penas conocen la diferencia entre un recibo y una factura.
Viendo este panorama, surgen dos interrogantes: uno, si la educación financiera está siendo implementada en los colegios; y dos, si realmente recibe la importancia que merece. Y es que en muchas ocasiones el conocimiento económico se asocia directamente al entendimiento de las matemáticas. Es muy distinto saber cómo despejar una ecuación a comprender qué es el IVA y cómo se aplica.
Cuando se enseña sobre educación financiera, se busca desarrollar las habilidades necesarias para tomar decisiones asertivas sobre gastos y ahorro. Además, no está de más advertir que ésta puede brindar control e independencia. Desde pequeños, los niños empiezan a decidir qué comer, qué ropa usar o qué jugar. ¿Por qué no brindarles la oportunidad de aprender también qué monedas recolectar y en cuál alcancía meterlas?
En medio de la nueva era del aprendizaje, donde el emprendimiento y el pensamiento innovador son parte fundamental de la educación, no se puede dejar de lado el conocimiento sobre costos, transacciones, pagos y deudas. No olvidemos que gran parte de los adolescentes de la Generación Z se consideran a sí mismos emprendedores: personas que tienen acceso a la información y que cuentan con el potencial de transformar el mundo. Los niños y jóvenes pueden encontrar en la educación financiera un aliado para darle forma a sus sueños y poder constituir compañías sostenibles.
Un problema con múltiples soluciones
Sin embargo, el panorama de la educación financiera no es tan oscuro como parece. En algunos países ya se están implementando programas e iniciativas para alfabetizar en este aspecto a los más pequeños.
Por ejemplo, Inglaterra, que no obtuvo un desempeño destacado en las pruebas, ya está tomando cartas en el asunto. Distintas entidades bancarias como el NatWest ofrecen cuentas bancarias especiales para jóvenes entre los 11 y 18 años de edad. Incluso han nacido aplicaciones móviles como Osper, que permite a los niños administrar las finanzas de su tarjeta débito prepagada.
A la tarea de enseñar sobre responsabilidad económica, también se suman algunos Institutos como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) de México que cuenta con una plataforma especial para niños donde pueden aprender, de forma interactiva y divertida, de dónde viene el dinero, qué son los bancos y cómo cuidar los recursos. Otro caso es el del Instituto Aviva de España que creó un libro ilustrado para que los más pequeños aprendan a usar bien el dinero.
En el caso de Colombia, también hay una luz de esperanza. A principios del mes de Julio, al mismo tiempo que se publicaron los resultados, la ex-Ministra de Educación, María Fernanda Ocampo, dio a conocer las Orientaciones Pedagógicas para la Educación Económica y Financiera, programa que busca desarrollar competencias ciudadanas y básicas, el cual comenzará a ser implementado en algunas regiones del país antes de finalizar el año.
Si bien las pruebas Pisa dejaron boquiabierto a más de uno, también sirvieron como escarmiento para las instituciones educativas y las nuevas metodologías de aprendizaje. No basta con fomentar la creatividad y la curiosidad, capacitar sobre las herramientas digitales y enseñarle a los niños a ser sociables, empáticos y colaborativos; también es fundamental educarlos en el buen manejo de las finanzas para que puedan guiar sus proyectos personales y convertirlos en empresas de gran impacto económico y social.
Imagen: Niña con alcancía de bloges.smoneybox.com
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