La idea fue desarrollada en España por Almudena de Benito, arquitecta urbanista que tuvo la idea de integrar los conceptos de su campo de acción con la educación infantil. Como resultado, Chiquitectos ofrece una serie de talleres experimentales, que tienen la finalidad de despertar la curiosidad de los niños por la arquitectura a través de juegos, exploración y experimentación.

La metodología de Chiquitectos está basada en la educación transversal, donde se brinda más importancia al proceso y a la experiencia durante el taller, que al resultado final, lo cual ofrece la posibilidad de que los alumnos puedan ‘equivocarse sin temor’ y reducir el nivel de frustración frente al fracaso.

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Los objetivos principales de las lecciones de Chiquitectos son estimular la memoria visual y espacial, el desarrollo de la motricidad fina, la memoria y la capacidad de trabajar en equipo, por medio de distintas actividades dentro de las cuales se encuentran crear edificios con Lego, elaborar collages, realizar maquetas de distintos tamaños, observar y explicar el entorno que los rodea, dibujar estructuras, entre otras.

En los talleres, los más pequeños tienen permanente contacto con distintos materiales y formas, los cuales hacen que comprendan la importancia de la base de una edificación y entiendan conceptos de arquitectura como Escala o Proporción.

Otro de los objetivos de Chiquitectos es incentivar en las nuevas generaciones la preocupación por el medio ambiente, por eso, por medio del estudio de la geografía, el cambio climático y el impacto que tiene la arquitectura en el entorno, se introduce el concepto de sostenibilidad.

El innovador proyecto educativo tiene el potencial de formar una educación de emprendedores con pensamiento crítico, creativos y preocupados por el entorno que los rodea, los cuales van a ser los constructores de los paisajes urbanos del mañana, que se definirán por ser amigables con el medio ambiente, autosostenibles y estructuralmente inigualables.

Imagen: Niño arquitecto de Shutterstock.

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