Al pensar en Salvador Dalí la primera imagen que viene a nuestra mente es la de sus largos bigotes, y tal vez, uno que otro reloj derretido posando sobre alguna rama.

Pero no por nada el poeta surrealista André Breton lo apodó con el anagrama de su nombre Avida Dollars, pues este maestro español rara vez rechazaba una oferta en la que se viera involucrada una suma interesante de dinero, por lo que participó en campañas comerciales y publicitarias en más de una ocasión, así como en el diseño, de la que sería en realidad su obra más popular: el logo de Chupa Chups.

Esta compañía catalana surgió en 1959 cuando Enric Bernat, su fundador, tuvo la genial idea de poner un caramelo esférico sobre un palito. Inicialmente llamó su innovador producto “GOL”, imaginándose el caramelo como el balón y la boca como la cancha, pero no resultó ser muy popular. Fue entonces cuando decidió contratar una agencia de publicidad que nombró Chupa Chups a su invento.

Diez años más tarde, en 1969, Bernat tomaba café con un amigo artista; le contaba su necesidad de volver la identidad de ese momento más universal para comercializarlo internacionalmente. Su interlocutor, nadie más que el mismísimo Dalí, luego de que se le ofreciera una cifra astronómica, empezó a bosquejar en unos diarios y creó el logo en forma de margarita que aún hoy se conserva (con algunas pocas modificaciones) dejando en claro una única condición para la implementación del mismo: que, al contrario de la mayoría de los empaques, el logo no estuviera ubicado en la parte lateral sino en la superior para nunca ver comprometida su forma y estar siempre visible.

Hoy se consumen 700 millones de estos caramelos en palo al año en todo el mundo, unas 6.600 personas aproximadamente comieron uno mientras leías este artículo.

VÍA: ChupaChups, BBC, Artelista, La otra historia, Design et plus