Lo que comenzó como una publicación más del Banco Interamericano de Desarrollo -BID- en Washington, DC, hace dos años y medio, se ha convertido en un verdadero tsunami que ha inundado más de cien mil mentes alrededor del mundo.

Con ideas muy anaranjadas sobre cómo aprovechar las oportunidades para el desarrollo económico y social sostenible que ofrece la confluencia entre nuevas tecnologías con las artes, la cultura y la creatividad, el libro La Economía Naranja: una oportunidad infinita, ha inspirado docenas de iniciativas a lo largo y ancho de Latinoamérica y el Caribe.

Ahora en Colombia los postulados del libro se han convertido en un proyecto de ley. El propósito de La Ola Naranja es respaldar esta importante iniciativa con un movimiento ciudadano, en el que todos los que creen que el futuro de Colombia se encuentra en el maravilloso talento de sus jóvenes más creativos, puedan identificarse y decir con una sola voz “soy parte de la Economía Naranja”.

Es así que el reporte del BID estima que, si la Economía Naranja fuera un país, sería la cuarta economía más grande del mundo, 20 por ciento mayor que la economía de Alemania. En Colombia, diferentes estimativos indican un aporte al PIB por parte de las denominadas industrias culturales y creativas que oscila entre los 15 y los 30 billones de pesos anuales, generando entre 700 mil y un millón 200 mil empleos directos e indirectos.

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Imágenes: iStock

 

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